miércoles, 24 de enero de 2018

La Bella Aurora

La Bella Aurora

Esta es otra de las leyendas ecuatorianas, que no podíamos dejar de incluir. El relato empieza en la ciudad de Quito y básicamente se trata de la historia de una bellísima joven a la que todos conocían como Aurora (en algunas versiones se dice que su nombre completo era Bella Aurora).
Era una muchacha que provenía de una familia adinerada, pues sus padres eran personas sumamente influyentes. La vida tanto de ella como de su familia transcurría sin ninguna preocupación, pues tenían todo lo necesario para desempeñar sus actividades tranquilamente.
Como era de suponerse, a la muchacha no le faltaban pretendientes. Es más, ella se daba el lujo de despreciar a la mayoría de los chicos del pueblo, pues como ya dijimos, no requería casarse con nadie para mejorar su estatus.
Una tarde de domingo, la joven salió de su casa en dirección a la Plaza de la Independencia, sitio en el que se llevaban a cabo de manera regular corridas de toros.
La fiesta brava de que el día se desarrollaba en total calma, hasta que de pronto hizo su aparición en el ruedo un enorme toro de pelaje negro, con los ojos inyectados en sangre y vapor saliéndole de la nariz.
El animal corrió hasta la tribuna en donde se encontraba Bella Aurora y se le quedó mirando fijamente. Eso provocó que la muchacha perdiera el conocimiento de inmediato.
Poco después, los padres de la chica la llevaron todavía inconsciente a su domicilio, para que después de reposar un rato en su cama, recobrara el conocimiento.
Bella Aurora despertó luego de un par de horas. Sin embargo, en cuanto abrió los ojos, escuchó un fuerte estruendo y uno de los muros de su dormitorio quedó destrozado por completo.
¡Era el toro negro de la plaza, quien de alguna forma había conseguido seguir el rastro de la joven!
La muchacha quiso gritar y huir de ahí, pero ni la voz, ni sus piernas le respondieron. Luego la bestia la embistió con una furia desmedida, quitándole la vida en cuestión de segundos.
Posteriormente sus padres llegaron a la habitación, mas no pudieron encontrar al animal. Solamente yacía en el piso el cuerpo de su hija fallecida.

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